La electrónica y el magnetismo en la comunicación
La historia de la radiodifusión comenzó en 1887, cuando el físico alemán Heinrich Hertz descubrió la radiación electromagnética (prevista veinticuatro años antes por James Clerk Maxwell) a partir de cargas eléctricas poderosas.
Sin embargo, el desarrollo de la radio se atribuye a otros pioneros. Entre ellos se encuentra Oliver Lodge, quien en 1894 logró transmitir y recibir ondas para representar los puntos y rayas del código Morse, que ya se utilizaba ampliamente en la telegrafía por cable.
La transmisión de mensajes hablados a través del espacio era algo inimaginable (aunque el teléfono ya permitía hablar a través de conductores eléctricos), por lo que la primitiva radio se llamó telegrafía sin hilos. Paralelamente, en 1895, el profesor ruso Alexander Popov mejoró el sistema de recepción de ondas electromagnéticas y sentó las bases de las modernas antenas. Basándose en estos trabajos y en los de Nikola Tesla, el italiano Guglielmo Marconi desarrolló comercialmente el invento. Al principio, Marconi solo podía transmitir código Morse a unas pocas millas, pero en 1901 construyó un transmisor lo suficientemente potente como para enviar mensajes a través del Océano Atlántico.
Este dispositivo era incluso más rápido que el telégrafo y, lo mejor de todo, no requería costosos cables ni complicadas instalaciones. La radio se convirtió en una nueva forma de transmitir el código Morse, y Marconi fundó una exitosa compañía que hacía precisamente eso.
Una de las industrias que más se benefició del trabajo de Marconi fue la marina mercante, que consideraba la radio como su principal medio de comunicación.
Desarrollo y evolución La transmisión de código Morse por radio era ciertamente útil e incluso salvaba vidas, pero otros comenzaron a preguntarse si se podría usar para transmitir otros sonidos, como la voz. Para lograr esto, fue necesario esperar la introducción de la válvula de vacío y el desarrollo de los osciladores, resultado de los trabajos de Ambrose Fleming y Lee de Forest. Finalmente, en la víspera de Navidad de 1906, Reginald Fessenden transmitió el primer programa con música y voz. Aunque muchos inventores veían la radio como un reemplazo del telégrafo o el teléfono, que transmiten información de un punto a otro, había un problema: cualquier persona con un receptor de radio podía escuchar los mensajes.
Sin embargo, esta falta de privacidad pronto se convirtió en una ventaja. Westinghouse, una compañía que fabricaba receptores de radio, decidió establecer su propia estación en Pittsburgh, Pennsylvania, y el 2 de noviembre de 1920, la estación KDKA realizó la primera transmisión pública. La enorme y creciente popularidad de estas transmisiones de radio motivó a los inventores a buscar formas de diseñar receptores mejores. Al sistema de radio conocido como AM (modulación de amplitud) se le añadió más tarde el FM (modulación de frecuencia), que ofrecía una mejor calidad de sonido y sin interferencias por descargas atmosféricas.
La invención del transistor en 1947 permitió la construcción de radios portátiles que combinaban AM y FM. La radio vivió entonces su época dorada y aún hoy, a pesar de la televisión e Internet, sigue siendo la principal fuente de información y entretenimiento.
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